sábado, 3 de agosto de 2013

SERPIENTES CONSTRICTORAS SUPREMAS GIGANTES

EL MUNDO DE LAS SERPIENTES CONSTRICTORAS

 ANACONDAS, PITONES Y BOAS

LA ANACONDA

La anaconda es la serpiente mayor del mundo. Datos no comprobados hacen llegar su longitud a los veinticinco metros; pero los científicos dudan de que serpientes de ese tamaño puedan existir realmente. La mayor parte de los herpetólogos están de acuerdo en que la serpiente más larga que existe en el mundo es la pitón real de Asia, y la que le sigue en longitud es la anaconda o "gran boa acuática" de América del Sur. Pero todos los herpetólogos están también de acuerdo en que la anaconda es una serpiente mayor, pues es más gruesa que su congénere asiática: seis metros de anaconda pesan más que ocho de pitón. Siete metros de anaconda pesan más o menos lo mismo que nueve de pitón. De cualquier modo, la anaconda es la más larga, más grande y más pesada de las serpientes del Nuevo Mundo, y es el monstruo supremo del Amazonas.




La anaconda vive dentro del agua, lo que la ayuda a sobrellevar su enorme estructura; pero también pasa mucho tiempo en tierra y en los árboles. Puede permanecer bajo el agua durante largos períodos y, algunas veces, duerme enroscada en el fondo de un río o una poza. Como el cocodrilo, permanece sumergida en el agua con sólo la cabeza afuera, hasta que un incauto animal llega a beber a la orilla.

ALIMENTACION

La anaconda adulta vive de pájaros, venados, pequeños mamíferos y cocodrilos. Una anaconda puede con toda facilidad engullir un caimán de dos metros de largo. Esta serpiente liquida a sus víctimas enroscándose alrededor de ellas y apretando los anillos hasta que mueren. Este método de constricción no sofoca a la víctima necesariamente; más bien, lo que consigue es romperle el corazón por compresión. La serpiente oye el latido cardiaco de su presa y, cuando se enrolla alrededor del cuerpo de ésta, coordina sus apretones con el bombeo del corazón de su víctima, apretando cada vez más fuerte y más fuerte hasta que el corazón se debilita y la víctima muere. Entonces la ser­piente desarticula sus mandíbulas y engulle. Mediante este proceso el hueso maxilar queda desarticulado, sólo sostenido por una faja elástica, y la serpiente puede engullir un trozo de carne mucho más grande que el contorno de su pescuezo. Las contracciones musculares digestivas son tan poderosas, que puede oírse cómo, dentro de la serpiente, van siendo triturados los huesos de su presa.


 El proceso digestivo puede durar un mes entero. Lo ingerido por el animal forma un bulto en su estómago, que destruye la suavidad de sus líneas. Una vez que ha comido, se retira a dormir y rara vez se mueve hasta que digiere lo que engulló y vuelve a sentir hambre.

La anaconda se encuentra muy a gusto en el fondo de los ríos. En tierra la anaconda no es tan móvil como en el agua. Transcurren dos minutos y medio antes de que una serpiente de ocho metros saque fuera del agua sus ciento cincuenta kilos y lo arrastre a la playa. Estas serpientes, no son venenosas y, al igual que todos los ofidios, son animales poiquilotermos, es decir, que no regulan su temperatura interna; ésta es la principal diferencia con las aves y los mamíferos, que sí pueden realizar este proceso y son llamados de "sangre caliente" Por esta razón, las anacondas pasan varias horas al sol o a la sombra, de acuerdo a la temperatura ambiente, para modificar su  temperatura corporal. En tiempos templados o fríos, hibernan o se hallan en estado de letargo.

LA BOA CONSTRICTORA


La boa constrictora no es, ni mucho menos, tan grande como la anaconda, y en contraste con la anaconda, la cual es de un color verde desvaído y negruzco, la boa es una hermosa serpiente. Con un tamaño que oscila entre los tres y los cinco metros de largo, la boa es de color canela, pardo oscuro o negro; los mismos colores de los troncos o de las ramas de los árboles por los que se desliza. La boa es, ordinariamente, una serpiente mansa, a diferencia de la irritable anaconda. No obstante, ambas tienen mucho en común: son constrictoras y no venenosas; ambas pueden estar dentro de] agua y son buenas nadadoras (aunque la boa prefiere permanecer en tierra). La boa, como la anaconda, posee un ligamento elástico en los maxilares que le permite devorar animales mayores que el diámetro de su garganta. Puede vivir durante meses sin alimentarse. Ambas serpientes se preocupan de que sus hijos sobrevivan, después de nacidos.

  La boa es un animal nocturno y está capacitada para cazar, en caso de necesidad, con luz muy tenue. Sus ojos tienen pupilas semejantes a las de los gatos y sus labios poseen detectores térmicos que la ayudan a localizar animales de sangre caliente. La boa constrictora, la segunda en tamaño de América, se domestica con bastante facilidad.

LA BOA ESMERALDA



La boa esmeralda arborícola (o boa verde arborícola), es uno de los más hermosos habitantes de la selva. De color rojo al nacer, cerca del sexto mes se torna verde encendido, con el vientre amarillo, y así sigue siendo el resto de sus días. Pasa toda su vida en los árboles y puede llegar a medir casi tres metros de largo. Tiene el hábito de enroscarse formando una pelota o masa compacta, y le gusta descansar colgando de una rama, dejando que cuelgue la mitad del cuerpo de cada lado, para mantenerse en equilibrio. La comida vegetal y animal es abundante en los árboles, por lo cual la boa nunca está hambrienta.

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